El Convento de Wilhelmsbad (1782)
Siluetas del convento de Wilhelmsbad:
en el centro, el duque Ferdinand de Brunswick; arriba, de izquierda a derecha,
Dr. Giraud y Bode; abajo, el Conde de Virieu y el Marqués de Chefdebien.
Bilbliothèque de Lyon, Sra. 5426.
Si el Convento de las Galias aparece con la perspectiva de la historia como el primer triunfo de los puntos de vista willermozianos y de los hermanos franceses, y esto se debió al apoyo recibido del propio Gran Maestro de la Orden en la persona del duque Ferdinand de Brunswick, fue sin embargo, necesario completar este primer movimiento de reforma, de manera que se confirmaran los avances preliminares mediante un acto definitivo e irrevocable que completara, por así decirlo, la obra presentada y elaborada en 1778.
El duque de Brunswick, muy aislado tras la muerte de Hund, estaba visiblemente avergonzado. Los alemanes se rebelaron y se habló incluso de la hipotética y secreta influencia de los Jesuitas en la Estricta Observancia. Algunos hermanos dejaban las filas, mientras que otros, atraídos por la renovación doctrinal, venían a llenar las columnas de los talleres instalados bajo los auspicios de la reforma de 1778. El duque Ferdinand de Brunswick estaba, por lo tanto, relativamente solo, o más precisamente, se dio cuenta de que sólo quedaba Willermoz a fin de continuar con el trabajo de la "rectificación" iniciada en 1778 en el "Convento de las Galias".
Tras su decisión, alentada por el Príncipe Carlos de Hesse, quien estuvo de acuerdo, decidió convocar un nuevo Convento en Wilhelmsbad, y en octubre de 1779 envió una primera carta circular a los Grandes Maestros Escoceses, seguida de una segunda carta circular de fecha 19 de septiembre de 1780, acompañada de un cuestionario "en el que enumeraba los principales problemas que el futuro Convento tendría que resolver, como: la existencia de verdaderos superiores, ceremoniales y rituales, la restauración de la Orden del Temple y los fines públicos o secretos, externos o interiores de la Orden".
En realidad, incluso antes de la apertura del Convento, Brunswick estaba convencido de la superioridad de las ideas de Willermoz, sobre todo porque los notables resultados del Convento de las Galias le habían impresionado enormemente, demostrando su eficacia después de sólo unos pocos años de práctica.
El Convento fue abierto en Wilhelmsbad el 16 de julio de 1782 y continuó hasta el 29 de agosto de 1782, seguido de tres sesiones suplementarias dichas de "prorrogación".
El gran tema, por no decir el único, que ocupó al Convento desde su cuarta a su decimoquinta sesión (19 de julio a 14 de agosto), en el contexto de las "opiniones preliminares" en forma de exposiciones detalladas y argumentadas, leídas por Willermoz, fue el de la cuestión de la "filiación templaria" de la cual la Estricta Observancia había hecho el objeto mismo de su actividad y el propósito de su existencia. En el Convento, suscribiendo los análisis de Willermoz, Jean de Turckheim redactó un Acta de Renuncia que, extraordinariamente, fue firmada el 21 de agosto de 1782 por el Serenísimo Gran Maestro General y por todos los delegados.
Ahora que el Convento había liberado a la Orden de las ilusiones templarias, quedaba por conferirle un fundamento doctrinal para reemplazar los viejos sueños rotos de la Estricta Observancia y de Hund. Salzmann tomó la iniciativa de hacer la siguiente pregunta a los delegados: << ¿Qué queremos ser?, o más bien, ¿qué es lo que deberíamos ser? >>
Willermoz, apoyado y asistido por sus más fieles aliados, entre los que se encontraban, por supuesto, todos los que fueron con él los iniciadores de la Reforma de Lyon, logró imponer su propio sistema, esto a través de la unión de los diferentes componentes de la Orden, con la única reserva de mantener el "significado simbólico de la Orden del Temple y las formas caballerescas"
Todas las provincias de la Orden, de acuerdo con las decisiones tomadas en 1778 en el Convento de las Galias en Lyon
El 17 de agosto de 1782, después de una modificación de la división de las Provincias y del nombramiento de dos Comisiones, una para los rituales y otra para la organización estructural de la Orden, en el Convento, que acababa de pronunciarse sobre los puntos principales, se redactó una recapitulación escrita del mismo en forma de "Recès", escrita por Jean de Turckheim; el duque de Brunswick fue confirmado como Gran Maestro General de la Orden. Para conservar este momento memorable de la historia, los principales participantes se hicieron retratar "en silueta", según el método muy de moda en la época, mostrando un perfil dibujado a partir de la sombra de una figura, imagen que Willermoz guardaba piadosamente en sus papeles, y luego se acuñó una medalla con la efigie de Ferdinand de Brunswick con la inscripción: "Tandem Aurora lucessit".
Así pues, hay que reconocer que gracias a la distancia que nos procura la Historia, el Convento de Wilhelmsbad tuvo el inmenso mérito de confirmar la autoridad de Jean-Baptiste Willermoz, de establecer definitivamente los principios de la "Rectificación" dejando de lado las aspiraciones de la Estricta Observancia para reconstruir la Orden del Temple, y de constituir en Europa un nuevo sistema masónico, el Régimen Escocés Rectificado, cuyo destino le fue prometido.
- Notas
Esto no es una traducción oficial.
Fuente: http://www.directoirerectifiedefrance.org/?page_id=334