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Martinès de Pasqually y la Orden de los Elus Cohen

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Aunque se sabe muy poco sobre los primeros cuarenta o cincuenta años de la vida de Martinès de Pasqually (+ 1774), su influencia fue, sin embargo, considerable sobre un importante número de masones del siglo XVIII, en primer lugar, de Jean-Baptiste Willermoz.

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Esta influencia puede explicarse por la profundidad de la enseñanza que Martinès divulgaría, y la incontestable superioridad del valor metafísico de los ritos y ceremonias que proponía a aquéllos que aceptaban formar parte de su escuela.

Toda la doctrina de Martinès puede resumirse en una palabra: "Reintegración". La reintegración de los seres que responden a su caída anterior, habiéndolos sumergido en el corazón de las tinieblas del mundo y condenándolos a un exilio que los aparta, los separa de su verdadero origen. [1]

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Dios ordenó, por un acto obligado y hecho "necesario" por el trágico episodio de la rebelión de los ángeles, que los espíritus perversos, es decir, los demonios y su líder, fueran "precipitados en lugares de tinieblas por una duración inmensa de tiempo" (Tratado, § 15 "Origen del mal"), y por esta razón, a fuerza de crear leyes sobre su inmutabilidad, ordenó a los espíritus ternarios menores que procedieran a la creación del universo material a fin de que se convirtiera en una prisión, una barrera infranqueable, una atadura herméticamente sellada y cerrada para "contener y subyugar a los espíritus malignos en un estado de privación", de modo que las fuerzas negativas hostiles se mantuvieran firmemente a distancia y se les restringiera de los dominios extraños. [2]

Pero Dios decidió, para reparar esta primera "caída" original, "emanar" al hombre, calificado como "menor espiritual” por su última aparición en el plan divino, dotado de altos privilegios, ya que el primero entre los hombres, Adán, emanado como puro espíritu inmaterial, tenía por misión obrar por la preservación del orden divino, y al mismo tiempo participar en la "rehabilitación" de aquellos que se habían apartado radicalmente de él.

Desafortunadamente, explica Martinès, Adán a su vez se hundió en el orgullo, pretendiendo ser creador independiente, reivindicando una autonomía y estableciendo relación con los demonios, perdiendo su cuerpo glorioso y materializándose en una forma corporal carnal de materia tenebrosa e impura, como había sucedido con los espíritus prevaricadores: "Tan pronto como (Adán) cumplió su voluntad criminal, el Creador, por su omnipotencia, transformó inmediatamente la forma gloriosa del primer hombre en una forma de materia pasiva similar a la que había surgido de su operación criminal. El Creador transformó esta forma gloriosa precipitando al hombre en los abismos de la tierra, de los cuales había sacado el fruto de su prevaricación. El hombre vino entonces a habitar en la tierra, como el resto de los animales, donde antes de su crimen había reinado como un hombre-Dios, sin ser confundido con ella ni con sus habitantes." (Tratado, § 24, " El hombre caído en la Tierra").

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El trabajo que se impone al hombre en la actualidad, ya que se ve reducido a un estado de sumisión a la materia después de su prevaricación, consiste, según Martinès, en rehacer el camino, en reencontrar la dirección de su ascenso por medio de un conjunto de prácticas y técnicas operativas e invocatorias que se designan bajo el vocablo "teúrgia".

La perspectiva escatológica bajo la cual el masón se iniciaba en la Orden de los Elus Cohen de Martinès de Pasqually, se inscribe así en esta comprensión global de la historia de la caída; él sabe que, el primer hombre, Adán, no se aferra a su falta inicial sino que la renueva por su debilidad hacia las cosas materiales, su voluntad desviada y su apetito carnal del que nació Caín. La posteridad de este último, marcada por su degradación, será incapaz de asumir su misión espiritual; Caín, además, matará a su hermano Abel, por lo que sólo Seth podrá ser capaz de celebrar el culto primitivo.

Después del Diluvio, es Noé quien será responsable de perpetuar la descendencia de Set, y es a esta descendencia pura a la que el elegido cohen debe imperativamente pertenecer.

Sin embargo, como Martinès enseñó a sus émulos, es sólo por Cristo, quien vendrá a tomar la forma humana material degradada (“volviendo a trazar la incorporación material del primer hombre, que, después de su prevaricación, fue despojado de su cuerpo de gloria, y tomó para sí mismo uno de materia grosera al precipitarse en las entrañas de la tierra.") [3] que la posteridad de Adán podrá recibir los elementos para su completa regeneración espiritual.

Es, pues, esta doctrina, y su ambicioso programa de "reintegración" -habiéndose dejado de lado la teúrgia- lo que Jean-Baptiste Willermoz introducirá en el Convento de las Galias (1778), en el seno de la Estricta Observancia, fundando así, sobre una base iniciática completamente original, un nuevo sistema masónico: el Régimen Escocés Rectificado.

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  • Notas.
  1. Martinès argumenta sobre la necesidad de la creación material, destinada a aprisionar a los espíritus rebeldes: "Cuando estos primeros espíritus concibieron su pensamiento criminal, el Creador estableció las leyes para su inmutabilidad, creando este universo físico en la apariencia de forma material, para ser el lugar fijo donde estos espíritus perversos tenían que actuar, para ejercer en privación toda su malicia. (...) El hombre no fue emanado hasta después de que este universo fue formado por la omnipotencia divina para ser el asilo de los primeros espíritus perversos y servir de límite a sus operaciones malignas, que nunca prevalecerán sobre las leyes del orden que el Creador dio a su creación universal.” ("Tratado sobre la Reintegración de los Seres en su Primera Propiedad Espiritual Divina, Virtud y Poder", § 6, "La Creación Material").

  2. "Tan pronto como los espíritus perversos fueron expulsados de la presencia del Creador, los espíritus inferiores y menores ternarios tuvieron el poder de operar la ley innata en ellos de producir esencias espirituales a fin de contener a los prevaricadores dentro de los tenebrosos límites de la privación divina". (Tratado, § 233, "Emanación del Hombre").

  3. Tratado, § 91, "La expulsión de Adán y la encarnación de Cristo.

**Esto no es una traducción oficial; el artículo original puede encontrarse en el siguiente enlace: http://www.directoirerectifiedefrance.org/?page_id=344


Régimen Escocés Rectificado. Masonería Cristiana. Convento de las Galias de 1778 y de Wilhelmsbad de 1782.

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