SIN UNA CLARIDAD LÚCIDA SOBRE LO QUE ES “EL HOMBRE", NO HAY CAMINO INICIÁTICO POSIBLE
Sin una claridad muy lúcida sobre lo que "el hombre" es verdaderamente como criatura, con sus dones y facultades que lo distinguen de los animales, pero también sus límites radicales, sus vicios viles y su constante propensión a la ceguera, no se puede prever ningún camino iniciático, no se puede emprender ningún camino, no se puede esperar ningún progreso.
Es fácil comprender las razones de la reiterada insistencia de los fundadores de la Orden sobre el carácter absolutamente esencial del conocimiento de la "naturaleza del hombre", insistencia que aparecerá por completo en las deliberaciones del Convento de las Galias (1778), donde, tras la declaración hecha por Jean de Turkheim (1749-1824), Eq. A Flumine, durante la sexta sesión, los hermanos concluyeron: "Debe entenderse por Secreto, el conocimiento del hombre y de su naturaleza, susceptible de hacerlo mejor y más dispuesto a la beneficencia, conservado por una cierta clase de personas que se han reunido para tal trabajo y que le han ocultado al vulgo, para quien ciertas verdades podrían ser peligrosas; la Masonería, bajo el velo de la cual la Santa Orden ha perpetuado su existencia tiene probablemente un origen más antiguo que esta Orden, que fue la depositaria de los secretos de la Masonería durante una época. Que por consiguiente las investigaciones que tienden a devolver a la Masonería todo lo que le pudo haber pertenecido no pueden ser aprobadas por el Convento". [1]
Tal insistencia en la naturaleza del hombre fue, pues, recordada desde la fundación de la Orden en el siglo XVIII, porque Jean-Baptiste Willermoz, y los Hermanos reunidos en torno a él, comprendieron inmediatamente - ayudados en esto por la enseñanza recibida por intermediación de Martinès de Pasqually (+ 1774) - que sin una aclaración muy lúcida proyectada sobre lo que "el hombre" es realmente como criatura, con sus dones y facultades que lo distinguen de los animales, pero también sus límites radicales, sus vicios viles y su constante propensión a la ceguera, no se puede prever ningún camino iniciático, no se puede emprender ningún camino, no se puede esperar ningún progreso, bajo pena de engañarse en gran medida acumulando Grados sobre Grados y títulos sobre títulos a lo largo de los años, que simplemente vendrán a enmascarar, y a ocultar bajo una vestimenta engañosa, una tendencia a la desorientación, al error y a la mentira.
Fuente: El Fénix Renaciente, " La Ciencia del Hombre " Aclaraciones sobre la doble naturaleza, n° 5, 2019, pp. 15-16.
- Nota.
1.- Cf. Actas del Convento Nacional de las Tres Provincias de las Galias, celebrado en Lyon; "Abierto el 16 / 25 de noviembre de 465 / 1778, y cerrado el 29 de noviembre de 465 / 10 de diciembre de 1778", 6ª Sesión 22 de Noviembre / 3 de Diciembre de 1778.
**Esto no es una traducción oficial; el artículo original puede encontrarse en el siguiente enlace: https://lephenixrenaissant.dnrf-gddg.org/2019/09/22/sans-un-eclairage-lucide-sur-ce-quest-lhomme-nul-chemin-initiatique-nest-possible/